Una vía ferrata es un itinerario tanto vertical como horizontal (franqueo) equipado con diverso material: clavos, grapas, presas, pasamanos, cadenas, puentes colgantes y tirolinas, que permiten el llegar con seguridad a zonas de difícil acceso para senderistas o no habituados a la escalada. La seguridad corre a cargo de un cable de acero instalado en toda la vía y el arnés provisto de un disipador de energía y mosquetones especiales de vía ferrata (marcados con una k) que aseguran en caso de caída. La zona clásica de vías ferratas se encuentra en los Dolomitas, los Alpes Italianos, aunque también las encontramos en gran número en Francia, Suiza, Alemania y poco a poco en España.
Descripción
Material de seguridad
Material imprescindible para realizar una vía ferrata.
Casco: imprescindible para prevenir los daños de una caída fortuita de piedras.
Arnés: mejor uno regulable en las piernas. Esto facilita el ponérnoslo, independientemente de la ropa que se use en cada estación.
Disipador de energía: elemento que en caso de caída amortiguará el golpe. Hay de diferentes tipos. Está terminantemente prohibido hacer una vía ferrata sin este tipo de disipadores.
Tercera baga: no es considerada imprescindible pero en los momentos da seguridad y permite descansar.
Ocho & Cuerda: para regresar rapelando, en pasos difíciles y para asegurar ferrateros indecisos.
Guantes: como las grapas son de hierro, sirven para protegerse y evitar daños en las manos.
Calzado: se recomienda calzado cómodo, con suela gruesa y que no resbale. No es necesario un calzado muy técnico.